Los derivados son productos financieros que obtienen su valor de una relación con otro activo subyacente. Estos activos suelen ser títulos de deuda o acciones, materias primas, índices o divisas, pero los derivados pueden asumir el valor de casi cualquier activo subyacente.
¿Qué es una derivada?
Hay muchos tipos de derivados, pero todos representan un medio para gestionar el riesgo. Por ejemplo, una empresa que depende de un recurso en particular para operar podría celebrar un contrato con un proveedor para comprar ese recurso con varios meses de anticipación por un precio fijo. Si es un recurso con un valor de mercado que fluctúa con regularidad, la empresa puede fijar un precio durante un período de tiempo específico.
En este ejemplo, el derivado es el contrato y el activo subyacente es el recurso que se compra. Si el precio del recurso aumenta más de lo esperado durante la vigencia del contrato, la empresa habrá ahorrado dinero. Si el precio baja o sube menos de lo esperado, la empresa habrá perdido dinero. Sin embargo, en algunos casos, una pequeña pérdida puede considerarse un costo aceptable para la estabilidad de precios.
Cómo funcionan las derivadas
Los derivados se pueden utilizar como herramientas especulativas o para cubrir riesgos. Pueden ayudar a estabilizar la economía o ponerla de rodillas de manera catastrófica. Un ejemplo de derivados que fueron defectuosos en su construcción y destructivos en su naturaleza son los infames valores respaldados por hipotecas (MBS) que provocaron el colapso de las hipotecas de alto riesgo de 2007 y 2008.
Por lo general, los derivados requieren una forma de negociación más avanzada, que incluye especulación, cobertura, opciones, swaps, contratos de futuros y contratos a plazo. Cuando se usan correctamente, estas técnicas pueden beneficiar al comerciante al administrar cuidadosamente el riesgo. Sin embargo, hay ocasiones en que los derivados pueden ser destructivos para los comerciantes individuales, así como para las grandes instituciones financieras.
Tipos de derivados
Los derivados se pueden comprar a través de un corredor como contratos “negociables en bolsa” o contratos estandarizados. También puede comprar derivados en contratos no estándar de venta libre (OTC).
Contratos de futuros
Los contratos de futuros se utilizan principalmente en los mercados de productos básicos y representan un acuerdo para comprar un producto básico a un precio establecido en una fecha determinada en el futuro. Están estandarizados por precio, fecha y tamaño de lote y se negocian a través de un intercambio. Además, todos los contratos se liquidan diariamente.
Contratos a plazo
Los contratos a plazo funcionan de manera muy similar a los futuros. Sin embargo, estos son contratos no estandarizados y se negocian sin receta. Dado que no están estandarizados, las dos partes pueden personalizar los elementos de los contratos para satisfacer sus necesidades.
Al igual que los futuros, existe la obligación de comprar o vender el activo subyacente en la fecha y precio indicados. Pero a diferencia de los futuros, estos contratos se liquidan en la fecha de vencimiento o finalización, no diariamente.
Opciones
Las opciones le dan al comerciante precisamente eso: una opción para comprar o vender un activo en particular por un precio acordado en un tiempo específico.
Las opciones se negocian principalmente en mercados como el Chicago Board Options Exchange o el International Securities Exchange como contratos estandarizados.
Las opciones pueden ser riesgosas para los comerciantes individuales, pero los derivados negociados en bolsa como este están garantizados por Options Clearing Corporation (OCC), una cámara de compensación registrada en la Securities and Exchange Commission. El comprador y el vendedor de cada contrato de opción celebran una transacción con el intercambio de opciones , que se convierte en la contraparte, en efecto, la OCC es el comprador del vendedor y el vendedor del comprador.
Intercambios
Las empresas, los bancos, las instituciones financieras y otras organizaciones celebran habitualmente contratos de derivados conocidos como swaps de tipos de interés o swaps de divisas. Estos están destinados a reducir el riesgo. Pueden convertir de manera efectiva la deuda a tasa fija en deuda a tasa flotante o viceversa. Pueden reducir la posibilidad de un movimiento importante de la moneda, lo que dificulta el pago de una deuda en la moneda de otro país. El efecto de los swaps puede ser considerable en el balance, ya que sirven para compensar y estabilizar los flujos de efectivo, activos y pasivos.
Acontecimientos notables
Un ejemplo de los riesgos que conllevan los derivados se puede encontrar en los eventos que llevaron a la crisis de las hipotecas de alto riesgo. La incapacidad para identificar los riesgos reales de invertir en valores respaldados por hipotecas y otros valores, y protegerse adecuadamente contra ellos, provocó una cadena de eventos. Las corporaciones, instituciones y organizaciones interconectadas se encontraron instantáneamente en bancarrota como resultado de una posición de derivados mal redactada o estructurada con otras firmas que quebraron.
Una de las principales razones por las que este peligro está incorporado en los derivados es el riesgo de contraparte. La mayoría de los derivados se basan en que la persona o institución del otro lado de la operación pueda cumplir con su parte de un trato.
Cuando se utiliza el apalancamiento para entrar en acuerdos de derivados complejos, los bancos y otras instituciones pueden llevar grandes valores de posiciones de derivados en sus libros solo para descubrir, cuando todo se desentraña, que hay muy poco valor real.
El problema se agrava porque muchos contratos de derivados suscritos de forma privada tienen llamadas de garantía incorporadas que requieren que una contraparte deposite más efectivo o garantía en el mismo momento en que es probable que necesite todo el dinero que pueda obtener, lo que acelera el riesgo de quiebra.
Conclusiones clave
- Los derivados se pueden utilizar para la especulación, como comprar un producto básico por adelantado si cree que es probable que el precio suba pronto.
- Los derivados se pueden utilizar para cubrir el riesgo mediante la celebración de un contrato a largo plazo a un precio fijo para un producto básico con un precio volátil.
- Hay varios tipos de derivados.
- La crisis de las hipotecas de alto riesgo es un ejemplo del riesgo que implican los derivados.