¿Te has preguntado alguna vez si existe alguna relación entre creatividad, innovación y emprendimiento? Intentemos averiguarlo.
Mucha gente tiende a unir la creatividad y la innovación como lo mismo, mientras razona que la creatividad y la innovación tienen que ver con sacar cosas nuevas. Hemos descubierto que esto no es cierto a partir de la investigación.
La creatividad y la innovación, aunque parecen ser similares en muchos frentes, hay una distinción clara e importante entre ellas. Es especialmente importante que las empresas comprendan esta distinción antes de instituir una nueva iniciativa de innovación en toda la organización.
¿Qué es la creatividad?
La creatividad se define con mayor frecuencia como la capacidad de la mente para conceptualizar ideas nuevas, inusuales o únicas, y para ver la conexión entre estas ideas aleatorias o no relacionadas. Es importante señalar que la creatividad es una habilidad mental de la que cualquiera es capaz. No está reservado solo para personas especiales que, por ejemplo, pueden pintar, esculpir o hacer manualidades. Además, considere esta definición de David Burkus para que pueda comprender mejor el concepto de creatividad. Dijo que la mayoría de los expertos en el campo ven la creatividad como el proceso de desarrollo de ideas novedosas y útiles. A partir de esto, hemos descubierto que el concepto operativo de la creatividad son las ‘ideas’.
¿Qué es la innovación?
La innovación, por otro lado, se define como el proceso que transforma esas ideas prospectivas en productos, servicios o procesos del mundo real de mayor valor. El resultado de tal transformación puede ser incremental y evolutivo en el sector al que se dirige. Entonces, esto significa que la innovación significa ejecutar nuevas ideas para crear valor, o el proceso de gestión de ideas.
¿Qué es el espíritu empresarial?
Según Wikipedia, el espíritu empresarial es el proceso de diseño, lanzamiento y gestión de un nuevo negocio, que a menudo es inicialmente una pequeña empresa que ofrece un producto, proceso o servicio para la venta o alquiler. Las personas que crean estos negocios se llaman emprendedores. Los emprendedores siguen siendo las personas que innovan, y el espíritu emprendedor lo está haciendo a través del vehículo de una nueva empresa. El espíritu empresarial implica la capacidad de reconocer nuevas oportunidades y la voluntad de asumir riesgos en un escenario impredecible.
¿Cuál es entonces la relación entre creatividad, innovación y emprendimiento?
Si bien estas tres áreas tienen significados ligeramente diferentes, comparten el mismo objetivo: crear valor para las personas. La creatividad es la chispa central que toma el proceso creativo y lo convierte en una innovación que se utilizaría para desarrollar un modelo de negocio que pueda generar riqueza.
La creatividad es la capacidad de hacer algo nuevo o hacer algo diferente a cualquier otro método tradicional. La innovación es la capacidad de construir sobre métodos conocidos o expandir ideas existentes o mejorar un objeto dado. Ambas habilidades requieren que el usuario piense fuera de la caja y ataque los problemas conocidos desde ángulos previamente desconocidos o invisibles. El espíritu empresarial, por otro lado, es la capacidad de comercializar esas nuevas innovaciones para crear riqueza o ganancias para una empresa u organización.
En general, se ha reconocido que el espíritu empresarial o incluso el crecimiento del mercado solo pueden lograrse mediante soluciones creativas e innovadoras. El crecimiento y el desarrollo de los negocios no pueden sostenerse sin innovaciones adicionales, generalmente en el producto o los servicios o en su marketing. Para crecer y prosperar, la mayoría de las empresas necesitan mejorar constantemente sus productos y servicios existentes. Para la supervivencia de sus diversas empresas, los empresarios deben crear nuevos productos y servicios para satisfacer las necesidades aún no satisfechas. Esto significa que la creatividad y la innovación son el alma de una empresa, y ningún emprendedor puede avanzar en el mundo empresarial sin aplicar estos dos factores.
Las empresas que dependen exclusivamente de la innovación prosperarán hasta que sus productos y servicios se vuelvan obsoletos y no sean competitivos. Por otro lado, las empresas que son totalmente creativas o dependen únicamente de la creatividad tendrán sus nuevos productos y servicios listos para lanzar, pero a menudo muy pocos productos actuales lo suficientemente actualizados y competitivos para generar el efectivo necesario para financiar su creatividad.
La organización que no es creativa e innovadora no puede sobrevivir en el mercado. Por lo tanto, se insta a los empresarios y empresas a ser continuamente creativos e innovadores para seguir siendo relevantes para sus clientes.
Es deber del emprendedor mantener su organización esbelta, joven, flexible y deseosa de probar cosas nuevas para complacer continuamente a sus clientes. Por lo tanto, la creatividad y la innovación desencadenan e impulsan el espíritu empresarial de primer nivel al dirigir las actividades organizativas en cualquier dirección nueva que dicten las condiciones del mercado y las preferencias de los clientes.
Conclusión
La creatividad, la innovación y el espíritu empresarial son todos importantes y todos se cruzan. Es imposible desarrollar una organización verdaderamente innovadora si se ignora o se reprime la creatividad. Y del mismo modo, sin procesos efectivos para transformar las ideas creativas en innovaciones prácticas, del mundo real y de valor agregado, la creatividad no tiene valor comercial alguno. El espíritu empresarial es el vehículo que impulsa la creatividad y la innovación. La innovación crea nueva demanda y el espíritu empresarial lleva la innovación al mercado.
Una vez que comprenda la distinción entre creatividad e innovación y su papel en el espíritu empresarial, comienza el camino hacia el éxito de su negocio.